No te quedes con la curiosidad
La historia del diario continúa en...
miércoles, enero 28, 2009
Mi Ramo
Déjame llevar mi ramo,
el día que todos me observarán
con lágrimas en los ojos.
Porque otros pondrán los lirios,
de una pureza que no conocí;
otros las amapolas blancas,
de los sueños que no cumplí.
Otros colocarán sus clemátides
para salvar un alma
sin posible redención.
Y otros, ingenuos, >me darán crisantemos
para adular algo muerto.
Escabiosas para tí,
porque así somos los humanos,
morbosos y regocijantes
en el dolor de los otros.
También flores de lis
habrá en mi ramo.
¡Ja! Cómo si pudieran conseguir algo...
Helechos y helenio,
por mi vida perdida.
Por esperanza de...
¿de qué?
Laureles... seguro que en mi ramo
no faltan laureles...
Pues, con perdón,
¡menuda victoria!
Iris, jacintos pondrán otros.
Porque sí, porque todos
¡me quieren tanto!
Madreselva para que no los olvide,
y nenúfares porque resulta
que yo era perfecta...
Otros me darán, >unas cuantas pasionarias...
por si acaso,
¡quién sabe!
Y rosas.
¡Cómo van a faltar las rosas!
Me cubrirán de rosas blancas.
Y por supuesto, en mi mano
hermosas rosas rojas.
Unas hojas de sauce y de tejo,
para mostrar sus sentimientos
hacia mi...
o hacia ellos.
Zinnias para el recuerdo.
Y otros...
otros yo sé que no se olvidarán
de las violetas.
Violetas por todas partes.
Hermosas violetas
de lealtad.
Ah, ¿pero no crees
que es un ramo demasiado hermoso
para un funeral?
De todos modos déjame portarlo.
Es mío, aunque todo sea mentira.
Aunque, ciertamente,
preferiría haberlo llevado
estando viva.
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Flores en los Jardines de la Princesa del Olvido... no estés triste, llueve.
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