No te quedes con la curiosidad

La historia del diario continúa en...

lunes, septiembre 17, 2012

Ella Soledad

Encuentro a la gente aburrida, predecible. Con un cruce de pocas palabras siento que los conozco,que veo sus debilidades gritando como cachorros pidiendo atención. Todo salta a la vista, todos somos inseguros, hay pocas ocasiones para la sorpresa, para el misterio. Nadie me inspira curiosidad como individuo, siento la curiosidad general por la raza humana que todos comparten, cada conversación es un estudio antropológico filosófico de mi interlocutor, y estoy muy cansada. Por eso me gusta tanto mi soledad. Ella es diferente. Ella brilla hacia afuera desde mi misma dimensión, no me deslumbra con torpes tumbos de reclamo de valoración o juicios, como todos los demás. Es un descanso. Por eso, cuando no quiero estar sola, la elijo a ella por compañera.

miércoles, mayo 04, 2011

La inmortalidad

Lo enterraron, y cuando la lápida encajó en su nicho, él se liberó de la prisión de la materia y se convirtió en la tierra.
Se desparramó como energía su alma fuera de la caja, y se extendió por toda la naturaleza hacia su campo, se instaló en cada brizna de hierba silvestre, en cada flor amarilla, en cada olivo, en cada cabra que pacía. Impregnó con su esencia cada ser que crecía de la tierra, cada hogar, y cada persona que lo había amado.
Finalmente llegó a su casa, y surgió del suelo hacia los muros que han visto crecer tres generaciones tantas maravillas.
Recorrió cada habitación donde habían crecido sus hijos y sus nietos, donde había resuelto problemas del mundo y donde había reposado sus cansadas piernas de los largos viajes del alma, subió a las camas para vivir también donde nos contaba cuentos, y volvió a bajar hacia la cocinilla.
Al llegar, se vertió en cada cinta de casset, en cada CD, en cada libro que lo había cultivado y hecho mejor persona, se instaló en cada onza de tinta de cada palabra que había escrito en sus libretas y cuadernos, y en cada palabra que le habían dedicado.
Ahora vive en cada cosa que nos recuerda a él. Y por fin tiene la libertad que siempre vivió en su corazón, ahora es eterno, ahora es Málaga, Andalucía, y es el cielo con sus aviones y pájaros.
Lloraremos, porque estamos tristes. Pero pronto nos daremos cuenta de que jamás mueren las personas inmensas, y no hay nadie más grande que Alfonso, mi abuelo.
Entonces lo sentiremos presente en cada sonido de aves, y en cada brisa que huele a hierba, y ya no estaremos tristes nunca más.

(Sara C. Muñoz)

Discurso del funeral de un Rey del pueblo

Querido papá y abuelo, estés donde estés, no te equivoques, no te has ido a ninguna parte, sigues aquí. Tú siempre lo has sabido, porque eres un hombre con inteligencia tan alta como para saber lo que nadie puede enseñar.
Tú sabías que nunca te irías, por eso nunca quisiste hablar de despedidas. Ahora ya lo sabemos también nosotros, porque tu presencia, tu voz, tu elegancia, tus ojos, tus manos y tu bigotito, nos envuelven a cada paso que damos, y porque con nuestra voz y nuestros ojos tu sigues hablando y contemplándolo todo.
Si la muerte sirve para algo es para esparcir el alma, para dividirla y fundirla con cada una de las almas que te aman. Estás en nosotros no te preocupes, seguirás pronunciando palabras maravillosas llenas de poesía eternamente, porque has dejado semilla suficiente en esta tierra para que hagan infinita tu voz.
Nos encargaremos de que seas visible para todos los que ya no te pueden ver, no nos cansaremos jamás de repetir la grandeza de los sonidos que conforman tu nombre: Alfonso, Alfonso el grande, Alfonso el creador, Alfonso el genio, el amante, el marido, el hermano, el amigo, el padre y el abuelo.
Se nos llena la boca de orgullo al pronunciarlo, aunque imposible igualar el orgullo con el que tu pronuncias nuestros nombres. Sabemos que estás satisfecho, que estás feliz, porque no te has cansado de repetirlo a lo largo de los años. El trabajo que has hecho, la obra que has creado, somos nosotros, todo lo bueno que sostiene nuestro ser es lo que tú y tu gran compañera, Elvira, habéis sembrado, la parte de nosotros que más nos gusta es aquella que tiene que ver contigo.
Pensar en ti nos dibuja una sonrisa en el rostro y otra en el alma. Somos muy felices por tenerte hoy, por haberte tenido siempre. Hemos hablado tantas horas contigo, que no es necesario que ya te digamos más.
Pero tu sigue hablando, que queremos y necesitamos seguir escuchándote, para no desviar nuestro camino, para no perdernos en la oscuridad de la que tu luz nos protege. Tú sabías que esto sería así, pero nosotros hemos descubierto ahora hasta donde llegaba tu grandeza, no querías hablar de la muerte porque no hay muerte cuando los corazones son uno, y el tuyo, mira qué gracia, bombea ahora perfectamente dentro de los nuestros
Papi, abuelo, no te despistes, estamos aquí, estás aquí, somos uno, tú ataste el lazo de este ramillete de vidas que has creado, y has recuperado tu fuerza para seguir sujetándolo siempre.
Gracias por haber nacido, por lo que nos regalaste cada día y por este regalo de ahora que guardaste en secreto y que, como siempre, te hemos sacado al fin.
Gracias por haberte quedado.
Estás con nosotros.
Estamos contigo.
Siempre juntos.


(Teresa Muñoz Benítez, leído por Sara y Víctor Calzada Muñoz, en memoria del hombre más valioso de nuestras vidas)

sábado, abril 16, 2011



Ella era gris como un día nublado.
Cuando llovía, las gotas arrastraban el polvo
por su cara como lágrimas oscuras oscuras.
Parecía que llorara.

Cuando salía el sol,
el reflejo del sol en los charcos
en su cara creaba un movimiento alegre.
Parecía que sonriera.

Una delicada mano señalaba al suelo,
recordando su fúnebre cometido;
la otra sujetaba con dulzura una rosa:
(es la belleza lo que nos mantiene aquí)

Sus ojos ciegos eran sobrecogedores en su perfección.
Sus labios pedían ser acariciados.
Parecía que el viento moviera los pliegues
de sus faldas con absoluta adoración.

Y él, el venía cada atardecer.
Cambiaba la rosa de su mano,
se sentaba a sus pies,
y la adoraba hasta amanecer...

lunes, febrero 28, 2011

28 de Febrero


Basta de discriminación y prejuicios falsos históricamente aprehendidos, basta de estupidez generalizada y de incultura. Andalucía es rica, libre y luchadora, un hervidero de cultura y mezcla de sabidurías desde que hubo hombres y mujeres viviendo en esta península. Me siento mucho más andaluza que española, porque Andalucía no es patria, no es nación, es familia y es amor, es un ejemplo de resistencia con todo el peso de la humillación y la ignorancia de nuestros caciques.
En mi carrera, Filología Hispánica, nos enseñan casi todo lo que hay que saber de la lengua, pero también aprendo mucho más. Estoy aprendiendo a respetar todas y cada una de las variantes de este idioma tan rico y antiguo como es el español (ojo, español, que es la manera correcta de decirlo, y no castellano, que no es más que la variante de Castilla)
Que esta lengua no es propiedad de la España meridional y un préstamo para todas las demás zonas, y hablo también de América, sino que todas las formas de hablarlo son válidas y legítimas, cada una con su acento y su jerga, porque todos provenimos de la misma madre latina, y cada uno ha tenido sus influencias.
Aquí, en Andalucía, tenemos una de las variantes más ricas de este país, junto con el murciano y el canario, y no hablo del gallego, el bable, el catalán, o el valenciano porque esos son dialectos del latín directamente, y constituyen algunos otra lengua.
La incultura, la vagancia, la despreocupación y la inconsciencia que son nuestros estigmas como andaluces, no son más que falacias que arrastramos sobre las espaldas desde hace siglos.
Lo más triste de todo esto, es que nosotros mismos nos las creemos. El 80% de universitarios cree que habla mal, que su acento es sinónimo de cateto y de pueblerino (como si esto fuera un defecto). ¡Nada más lejos de la realidad!
Nuestro acento es una consecuencia lógica de nuestra herencia cultural, nuestros sonidos fónicos son directamente influencia del árabe, cuya presencia se mantuvo aquí durante siglos más que en el resto de España en la Reconquista.
Nuestra jerga es rica en matices, en vocabulario, en comunicación.
Porque la comunciación no falla entre dos andaluces, y mientras haya comunicación, que es la misión del lenguaje más primaria, es un lenguaje válido.
Pero es que además, somos un pueblo de lucha constante, porque hemos tenido que vivir durante siglos con estas cruces, y aun así sobresalimos en muchísimos ámbitos y somos reconocidos (a veces).
Pocas cosas me ponen más triste que el andaluz que tiene que disimular su acento para trabajar en los medios, o que reniega de su procedencia para sentirse aceptado (de estos me los cruzo cada día).
Vuestra adversión al flamenco, y a la cultura andaluza, no es más que un trauma, una inseguridad producida por un ataque mediático y social continuo desde que naces.
El andaluz sólo sirve para ser el payaso de la serie.
Esta situación está cambiando poco a poco, pero aún queda muchísimo por hacer.
Y todo esto, se puede aplicar en gran medida a la América hispanohablante, desde Estados Unidos (que es el segundo país donde más español se habla, después de España) hasta la punta de Chile.
Basta de discriminación por lenguaje, por procedencia. Basta de tópicos, y de marcas. El orgullo nace de la consecución de algo por propios méritos o por admiración, así que estar orgulloso de haber nacido en un lugar es simplemente incoherente, pero puedes estar orgulloso de lo que tu tierra ha hecho a lo largo de la histora... y eso no implica despreciar las demás.
Acabo ya, diciéndoos que la verdadera libertad mental viene cuando eres capaz de apreciar el alma de una cultura en cada ciudad que pisas del mundo, y tendemos a despreciar lo conocido en comparación con las maravillas del resto.
Yo os invito a caminar por vuestro pueblo y vuestra capital como lo haría un arqueólogo o un historiador extranjero. Hablad con las personas mayores, que os cuenten historias, que os cuenten Historia. Respirad el espíritu de millones y millones de luchadores que cada día desde que esta tierra está habitada han luchado por hacerla rica y poderosa, y los millones que han sufrido la opresión y han muerto bajo el yugo del fascismo y la pobreza.
Nuestra economía ha estado siempre basada en la agricultura, eso no nos hace menos sabios, sino más explotados.
Ahora colgaré un poema que escribí para mi abuelo, porque no puedo publicar nada de lo que él ha escrito, pero dejaré claro que para mi, es la representación de Andalucía, su exponente más auténtico, ya explicaré por qué.
Aquí os dejo un compilado de documentos interesantes: una reflexión sobre los andaluces, unos cuantos temas imprescindibles, y un par de artículos necesarios.

http://www.youtube.com/watch?v=aBjy1U3v1bE

http://www.youtube.com/watch?v=okcji1OhS2Y&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=okcji1OhS2Y&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=3IlAaXwWm14&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=Cu2XfbsZSNk&playnext=1&list=PL04D9F93F42218A02

http://www.youtube.com/watch?v=jLSEIpSuOVg

http://www.youtube.com/watch?v=qaSlgiF4DxA&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=1ZF6fHU-zEY

http://www.youtube.com/watch?v=UnejUWRam-0

http://www.youtube.com/watch?v=vvONbo3GVho

http://www.youtube.com/watch?v=CxU6KwE-Tg8

http://www.elplural.com/andalucia/detail.php?id=28134

http://ahaztuak1936-1977.blogspot.com/2009/04/ocurrio-en-andalucia.html


Feliz día a todos, en cualquier parte del mundo, de cualquier nacionalidad y cultura.






http://www.facebook.com/notes/su-majestad/28-de-febrero/193339374019930

sábado, febrero 12, 2011

Yo conocí el amor verdadero, y no existía San Valentín

A veces me pongo a leer textos que otras personas dejan en sus redes sociales, dedicados a los que esas personas aman (parejas, mejores amigos…). No sé por qué lo hago, quizá por mi curiosidad continua de la psicología del comportamiento humano, que me aparta un poco y me hace sentirme bastante extraña a esta raza, pero ese es otro tema.
Lo que vengo a razonar aquí, es que me resultan extremadamente artificiales todos esos sentimientos. Verdaderamente creo que esas personas aman, que son amadas, y que de verdad desean pasar el tiempo con su ser querido y compartir su vida, al menos en ciertos momentos. Pero no creo en ese amor, porque si algo me ha enseñado esta vida, es que el amor verdadero nace desde zonas muy profundas y oscuras, lugares de miedo y vértigo, de lo más íntimo nuestro. Y esas zonas sólo se llegan a conocer a través de una madurez que sólo saca el sufrimiento y el dolor psicológico real, por lo que si no tenemos iluminadas esas partes de nuestra mente, no podemos jamás amar con todo lo que esa palabra implica, el amor tal y como yo lo entiendo.
Por eso me dan pena los seres humanos, porque exteriorizamos unos sentimientos que en su nacimiento eran mucho más suaves, hasta convertirlos en exacerbados ramalazos de pasión psicológica, fruto puramente de la exageración “corporativa” y no del crecimiento natural de los sentimientos a través del tiempo y la aportación recíproca de placer intelectual.
Y todo ello, por el miedo puro y mentiroso de estar solos, de afrontar su propia imagen en soledad ante la masa y ante sí mismos, por la propia inseguridad y el nulo amor propio humilde (que es el único real) que nos hace tener la ilusión de necesitar a alguien que nos quiera y que nos haga sentir importantes y amados, que nos haga sentir que nuestra vida merecerá la pena por el simple hecho de todas esas sensaciones que nos provocan.
Pero no se quedará nunca nada más que en eso, en sensaciones, si no elevamos ese amor a unos estados intelectuales y psicológicos que no todos son capaces de afrontar por la pereza humana común o por las pocas capacidades de cada uno.
Y siempre que leo por estos sitios tanto amor expresado de maneras tan cursis y empalagosas, que sólo me hacen pensar en chucherías y peluches, no puedo menos que sentir repulsión y hacer un viaje introspectivo hacia mis propios sentimientos.
¿Fui yo así alguna vez? ¿Seré así cuando me vuelva a enamorar?
No.
Lo sé porque yo ya he amado con todo mi ser, y me he enamorado ciegamente. Cada cosa de una persona diferente, al igual que cada sentimiento.
Cuando amé, fue un amor real, un amor serio y apasionado que no dependía de la dulzura verbal para funcionar. Un amor que no buscaba aprobación del exterior y que no necesitaba ser comentado, que si era proclamado era simplemente por la propia felicidad de sentirlo.
Y mi enamoramiento, fue tan privado, tan íntimo, tan de dos, que simplemente no hubo ocasión de convertirlo en un circo.
Y hoy por hoy, cuando leo tales estupideces, pienso mucho en ella.
Y con ella me refiero a la única persona que en este momento quisiera sentir aquí, en mi cama conmigo. La persona que más lejos vive de mí.
Simplemente se me viene a la cabeza porque siento algo tan profundo, tan real, que es difícil que no se te venga a la lengua la palabra amor. Es posible que no pueda compartir mi vida con ella, pero también es posible que sí, simplemente trato de conocer este sentimiento que crece en mí cada día como un calor que va calando poco a poco a través de mi caja torácica.
Escribo esto para dejarme claro, pase lo que pase, que estoy enamorada de ella. Que quiero tocarla por encima de cualquier otra cosa en este momento, y tener su rostro entre mis manos. Porque esa mujer, a la que nunca he podido mirar a los ojos, ha ido entrando en mi vida de manera pausada y continua, y sin saber cómo ha acabado siendo algo tan cotidiano como mi propia gente. No podría separarla de las personas más importantes de mi vida, si hoy tuviera que nombrarla.
No es por algo que haya hecho por mí, no hay deudas morales, ni sentimientos de culpa, y tampoco hay compromisos concebidos con el roce y la amistad. Por eso todo esto me parece más real y puro.
Es todo un reto amar a alguien de esta manera, porque si toco a otra, y si deseo a otra, simplemente estoy tratando de llevar mi vida adelante en beneficio de mi propia cordura, planteándome que esto es lo más lógico y razonable, porque no la puedo tener entre mis brazos, pero sabiendo que si la tuviera, no necesitaría nada más que ella, y a la vez, todo lo demás. Y si algún día decido tratar de estar seriamente con otra persona, va a ser para olvidarme de ella. Y si necesito algún día olvidarme de ella, será porque he agotado todas las posibilidades de quererla sin destruirnos.
Es cierto lo de mi síndrome de Wendy, es cierto que siempre busco parejas maltratadas por la vida, y con problemas que resolver en su interior, inconscientemente lo hago, pero lo hago.
Pero no me importa realmente, porque a pesar de lo mal que yo lo paso cuando estas relaciones acaban, todo lo que yo he aprendido, todo lo que yo he vivido amando a estas personas y queriendo ayudarlas y sacar lo mejor de ellas, y mostrarles el mundo maravilloso que puedo compartir con ellas, todo eso, hace que merezca la pena.
Mucho más por lo que me aportan a mí, que por lo que se llevan ellas.
Y a ella… jamás he sido tan honesta con nadie. Y creo que nadie ha sido tan honesto conmigo nunca. Y ella sabe todo lo que nunca dejaré entrar en mi vida. Y ella sabe de mis ganas de vivir, y de ser feliz, y que jamás dejaré que nadie me quite esas ganas y ese optimismo, que mi trabajo me ha costado adquirirlo. Pero si está dispuesta a embarcar en este tren de mi vida, yo seré muy feliz. Su mente es la primera que me enamoró, su ser, su entero intelecto es un constante ejercicio para mí, y una constante estimulación. Su alma es todo un reto, un alma tan rota como la que yo guardé hace tiempo dentro de mí, y más rota que las que he tenido nunca entre mis manos, y tan hermosa que le daría la mitad de la mía para sanarla de un golpe.
Pero también estoy dispuesta a estar intentándolo durante años hasta que se estire en todo su esplendor. Hasta que se alce en todo lo enorme que es en potencia.
Y no voy a hablar mucho de su belleza física, porque es una de las mujeres más bellas que jamás he tenido el placer de contemplar, y el aura que desprende es algo difícil de explicar, rellenaría otro texto igual que este. Y sé que el día que la tenga delante, mi ser invisible quedará ciego ante el mundo.
Esto, lo llamaría yo amor. Porque no espero nada, y lo único que me engancha al futuro son esperanzas al mismo tiempo. Y porque no hay un amor más desinteresado que el que nace a distancia y puramente gracias a las palabras.
No sé dónde acabará esto, pero no quiero olvidar nunca cómo está empezando.
Por todos estos pensamientos, no creo en el amor de red social, en el amor de corazones y sanvalentines, en el amor de trozos de canciones populares.
No creo en el amor de los demás. He visto muy pocas veces el amor real, casi siempre acompañado de tragedia por la propia intensidad de este sentimiento. El amor no es estar terriblemente cómoda con la persona que te acompaña y exagerar el cariño hasta lo insoportable.
El amor, al igual que la libertad, son tesoros que no están al alcance de casi nadie, porque lo que la gente desea es el nombre del amor y la ilusión de la libertad, que son más estéticos y mucho más cómodos que los conceptos reales y dolorosos de ambos estados de la vida.
Incluso tú que lees esto, y yo misma que lo estoy escribiendo en algunos momentos de pereza existencia he sabido que no me apetecía luchar por iluminarme con los estados reales de amor y libertad, y dejarme llevar un poco por la publicidad.

Pero al final, tengo el alma rota y embarrada de una luchadora psicológica, y sé que no podría vivir de otra manera que buscando la autenticidad de mi libertad y de mis sentimientos, aunque el precio sea mi efímera felicidad. Felicidad que de todos modos, está sobrevalorada.

Hoy acabo esta divagación con el pensamiento de que dos almas rotas (y quiero decir rotas de verdad, no cómo creemos que se nos rompen ingenuamente a veces) aman mucho más y mucho más verdaderamente que las demás, y que cuando sanan gracias a la propia relación, son las que la elevan hasta la vida eterna, pase lo que pase después.
Si esto necesita explicación, otro día surgirá otra reflexión para ello.

lunes, noviembre 08, 2010



Hola a todos!
Lo primero, agradeceros a todos los que últimamente habéis estado visitándome.
Realmente nunca he esperado demasiados lectores porque no tengo mucho orgullo de escritora, ni hice el blog para publicitarme.
Un día decidí crearlo para colgar algunas cosillas de las que he ido considerando aceptables y que así pudiera leerlo alguna persona que especialmente mostrara interés.
Pero visto el relativo éxito de mi última historia, la del hospital (que aún no tiene título ni nada, es un borrador), que me ha ganado algunos lectores y lo más importante algunos amigos, he decidido crear un blog especialmente para ella, y continuar con este blog como venía haciendo antes, con pensamientos sueltos de esta mente trastornada, para tenerlo un poco más ordenado todo.
Así que aquí os dejo el link del nuevo blog, especializado en la historia del hospital, y espero que me sigáis dando tantos buenos consejos, las críticas me ayudan a crecer como escritora y las considero muy importantes.

http://xeroderma-pigmentosum.blogspot.com/


El blog está aún en construcción, pero tengo la ilusión de que quedará bien cno la historia, y quizá el ordenar esto me ayude a acabar por una vez algo de lo que empiezo.

De nuevo gracias, muchísimas gracias, sois el mejor premio que puede desear un escritor, o aspirante a escritor, por primera vez, no estoy escribiendo sólo para mi.

Un abrazo grande, no os pierdo la pista, seguidme en el otro blog!

jueves, octubre 14, 2010

Fragmento de uno de mis diarios, 25 de Agosto de 2006, Viernes a las 00:01

Hoy he dormido sobre la niebla, entre las brumas de las Hadas del Desamparo.
Me he bañado en sus ciénagas y he degustado el sabor de sus respectivas purezas en la sangre que se mezclaba entre las inmundas aguas. He oído sus lamentos, que me han roto el corazón y han hecho llorar a las rocas de las orillas. He visto sus cuerpos, unas tratando de salir de las aguas, otras furiosas destrozando todo lo que encontraban; otras llorando.
No, es no se puede llamar llanto.
Eran gemidos desesperados y desgarradores, mientras se lesionaban o alzaban las manos a un cielo inexistente.
Otras rezaban simplemente en silencio, invocando a la Gran Madre de todas ellas.
Y entre todas estaba yo, observando, aturdida, identificándome con cada una de ellas-
Me ahogué en las aguas putrefactas y yací en un lecho de flores demasiado hermosas para tan repugnante marco.
Hoy no me siento demasiado bien.
Desearía llorar.
Pero mi cuerpo no encuentra la razón y no me obecede.
Te quiero...
(Sara Calzada Muñoz, con todas las letras)

domingo, mayo 09, 2010

Querido diario...


19 de abril de 2009
Hospital Civil de Málaga

Hoy ha sido peor que ayer, siento una tristeza asfixiante; la impotencia de no poder comunicarme y el hambre cada vez más agudo han hecho que pase todo el día llorando.

Está comenzando la desesperación a apoderarse de mi, cada vez me controlo menos. Hoy han tenido que sedarme y atarme a la cama, me dan unos ataques de epilepsia muy peligrosos. Estoy entubada y alimentada vía intravenosa. Pero no sirve de nada, cada hora pierdo un 28 % de glóbulos rojos y un 35% de glóbulos blancos, y un 40% de vitaminas y células, no sé por dónde, ni ellos lo saben. Simplemente se desintegran en mi sangre, los coágulos están empezando a obstruir las arterias. Me estoy llenando de mierda podrida por dentro, literalmente.
Todo esto lo sé porque los médicos hablan con mi madre al lado de mi cama cuando estoy sedada. Se supone que yo no debería estar consciente, pero lo cierto es que los calmantes solo me duermen en parte, no me hacen todo el efecto que deberían. Pero prefiero no decir nada, pues me relajan y no me atontan demasiado, pero alivian un poco el hambre que me devora por dentro.
Cuando me sueltan, me paso el tiempo en el baño.
Empiezo a pensar que mi estómago se está comiendo a sí mismo de la desesperación.
Dios mio, ¿qué me está pasando? ¿por qué estoy tan famélica, si se supone que recibo los nutrientes necesarios por este tubito?
Escribo para no volverme loca.
En este momento debo parar, estoy volviendo a sentir ese dolor, el fuego en la piel…

viernes, mayo 07, 2010

Querido diario...


18 de abril de 2009
Hospital Civil de Málaga
Una estúpida caída, nada elegante, y una pérdida de sentido. No recuerdo nada, lo que vi al despertar fue mi habitación de hospital, donde llevo postrada dos días, según los médicos y mi madre.
Todo normal, todo lógico, estas cosas pasan.
Si no fuera porque tengo un hambre voraz, que hace arder la piel, las pupilas dilatadas, y tan solo acercar la comida a la cama me hace vomitar durante horas.
Vomitar sangre. Sangre que no puedo dejar de mirar mientras las enfermeras la limpian a toda velocidad.
No sé que me está pasando. Mi madre no se despega de mi lado, pero tampoco se acerca demasiado, el dolor hace que me ponga terriblemente violenta, y golpeo y muerdo a todo el que se me acerca. Estoy casi todo el día sedada para que los médicos puedan tratarme.
Me gustaría saber a qué tipo de tratamiento me están sometiendo, si aparentemente nadie tiene idea de mi enfermedad.
Pero nadie me contesta, es como si no me entendieran. Mi madre se pone a llorar cada vez que trato de hablar.
Ya sólo me queda escribir, en los escasos momentos en los que mi estómago parece dominar el hambre y me trae algo de paz.
No puedo comunicarme con nadie, y acabo de despertar.

sábado, marzo 13, 2010

Sí, es cierto que tengo esto muy abandonado.
Realmente no lo uso de diario (no llevo ningún diario) y creo que estoy dejando poco a poco de escribir.
Pero quiero cambiar eso.
Porque escribir ha sido siempre el 80% de mi vida, y no puedo renunciar a mi futuro sueño.
El estrés, la mala vida, los nervios, el agobio, la apatía, la abulia ( y varios sinónimos más de vagancia ) el paro, el fracaso académico, el fracaso familiar, la vida sentimental tipo Titanic (por lo del iceberg y el hundimiento, no por lo de Kate Wislet, que ya me gustaría) y unos cuantos etcéteras más, me están haciendo descentrarme de una manera insana y destructiva.
Un vertiginoso ritmo de envilecimiento de la musa, que me está haciendo perder facultades a 230km/h, me está llenando la cabeza de serrín.
Todo lo que hago es caldillo de bolsa de basura, y huele a cadáver.

Práctica, la práctica hace al maestro. Tengo que esforzarme. Aunque solo salgan serpientes y sapos por mi boca últimamente.


Ah, y si alguien tiene un puesto de trabajo, aunque sea de sicaria, que me informe.


Mando un abrazo a todos mis seguidores, los que comentáis y los que no, porque me habéis animado muchas veces a escribir, y ya es hora de agradeceroslo.

Hasta pronto, espero.

viernes, febrero 05, 2010

Me gusta...



Me encanta mi vida, me encanta ser quién soy, y conocerme a mi misma como me conozco.
Me gusta ser como soy, haber vivido lo que he vivido, y tener por delante lo que me quede por vivir.
[b]Me gusta la gente que me quiere, la gente a la que le caigo bien, la gente a la que soy indiferente, la que no me traga y la que me odia.[/b]
Me gusta que mi madre sea quién es, y tener esos hermanos maravillosos. Que mi padre sea quién es y que el tiempo se vengue con él, y con el padre de mis hermanos.

Me encantan los gustos y preferencias que configuran mi personalidad, [b]la música que acompaña mi vida y las manos llenas de carboncillo negro y tinta.[/b]
Me gusta la cresta que no me hago casi nunca y el pelo largo que ya no tengo.

[b]Me gusta mi corazón roto por varias veces, y mi capacidad para amar incondicionalmente a quién probablemente no se lo merece.[/b]

Me gusta ser Sara en este mundo odioso y pestilente, adoro estar viva y ser consciente de mi identidad, mis límites y tener poder de elegir quién puede hacerme daño. [b]Saber que no soy realmente libre por las limitaciones de la sociedad en la que he nacido y de la propia vida, y que el conocimiento de mis limitaciones me haga sentir plenamente libre.[/b]

Me gusta leer y olvidarme del mundo, me gusta evadirme a veces a mundos inventados y ser feliz, y ser capaz de volver a la realidad como la más pragmática sin apartar el cristal de la fantasía a través del cual veo las cosas.


Me gusta perdonar, y sentir PENA en lugar de rencor.
Me gusta estar limpia de odio y malas intenciones, y que el tiempo le de a cada uno lo suyo.
[b]Me gusta tener la mente clara y el alma en paz, y la conciencia muy tranquila.[/b]


Me gusta trabajar para vivir, y pagar mis estudios con mi esfuerzos. Me gusta estar sola.
[b]Me gusta intentar ser una persona mejor cada día.[/b]

Me gustan mis amigos, los que fueron, son y serán, sean los mismos u otros distintos.
[b]Me gusta reír con ellos, salir, emborracharme y decirme que no beberé más. Me gusta salir sin beber también y reírme de todo el mundo borracho.[/b]

Me gusta llorar, cuando tengo que llorar,[b] y ser capaz de llorar por lo que me hace daño.[/b]

Me gusta ser humana, joven y alegre, y que el mundo tenga tantas cosas que ofrecerme.

Me gusta estudiar y aprender que nunca dejaré de aprender. Me gusta pensar en mi vejez habiendo visto tanto mundo y conocido tanta gente como me hayan permitido los años.

[b]Me gusta haberme arrepentido de cosas que he hecho, pero no tener que arrepentirme jamás de NO haber hecho algo[/b]

Me gusta la India, el Amazonas, África y el Polo Norte; me gusta Finlandia, el inglés, el italiano y el Latín y el griego clásico.
[b]Me gusta Grecia y sus dioses y Roma y su historia.[/b]
Me gusta Edgar Allan Poe y sus problemas psicológicos y Bécquer y sus fantasmas de amor.
[b]Me gusta Lestat y su perfección en el mal que representa y me gusta Akasha y su bendita locura.[/b]

Me gustan los gatos independientes y los perros enormes.
[b]Me gusta el té con mucha azúcar y la Nutella con cualquier cosa.[/b]

Me gusta España y la porra antequerana y la tortilla de patatas, me gusta la cocacola y el agua.

Me gustan las tormetas en invierno, y el sol implacable en verano.

[b]Me gusta el mar, y me encanta la mar.[/b]

Me gusta la gente que me hace arder y la que me hace retroceder.
[b]Me gusta Laura y su sonrisa iluminadora y llena de esperanza y fuerza, y me gusta James y su cuerpo lleno de recuerdos y emociones eternas. Me gusta Lor y su presencia tímida e importante, y sus ojos claros. Me gusta Pablo y su tren hacia otras dimensiones donde todo tiene razón de ser, y su cámara de fotos en el corazón.[/b]

En definitiva, me gusta estar viva, y poder ver todo lo que veo, y todo lo que aprendo.



La lista de las cosas que no me gustan puede ser más larga pero, ¿para qué? hablar de las cosas por las que merece la pena estar aquí, te hace sentir realmente viva.





http://www.youtube.com/watch?v=v1PgiBpTtao
Punkpowernow!

martes, enero 12, 2010

Podéis, podéis, hacedlo



Podéis llamarme asesina.
Más o menos, ese es el sentimiento que me domina ahora. Tiene una explicación, tal vez no satisfactoria, tal vez no razonable, pero una explicación en esencia.
Voy caminando, por la calle, de noche, oyendo los sonidos de la ciudad, oliendo a yerba mojada, a asfalto, a agua y a barro. Ha llovido y el arroyo suena al fin.
Voy registrando en mi mente todo lo que mis sentidos puedan captar… y me lleno de historias. Una tras otra, van llegando a mi y quedándose tan solo unos segundos en mi memoria consciente, para evaporarse después. La historia de aquel duende que vive en el arroyo seco, siempre esperando el milagro del agua para que su huerto florezca.
La historia de aquel anciano siempre sentado en una silla medio rota de esparto, en una de las laderitas que separa una urbanización de otra, siempre callado, como vigilando algo, quién sabe, quizá la puerta a otro mundo escondido, quizá un tesoro por el que muchos han muerto, quizá la respuesta del Universo.
La historia de la mujer que viene cada noche a bañarse en esta piscina, momento sin luna, y que nadie ve salir nunca del agua, pero que si por casualidad pasas en el momento justo, la ves desnudarse y resplandecer su piel en argentina luz, reflejo de sus cabellos de plata. Como si la Luna hubiera decidido darse un respiro al lado de mi casa.

Tantas historias, tantas, que mi personalidad inconstante y autodestructiva las desecha todas.
Y llego a casa, cruza el umbral de mi puerta, y me vacío como un cascarón de huevo roto.
Llamadme asesina, porque veo esas historias, y las mato, no las dejo salir, nacer de mi alma abarrotada, y allí se pudren con todas las que a lo largo de mi vida han venido a mi.
Vienen en toda su grandilocuencia historias enormes, o en toda su humildad historias igualmente enormes, a suplicarme, rogarme que les de vida física, que les enseñe la luz del sol de esta dimensión.
Y yo las ignoro, y las dejo morir, lentamente, con los años, en el terrible y caótico Olvido.
Afortunada la que un día esté en mi mente cuando todas las circunstancias que me rodean me instan a escribir o dibujar, y entonces se hacen reales. No siempre las mejores (casi nunca las mejores), solo es cuestión de suerte.

Y no es justo. No tienen por que morir, son buenas, son grandes, pero sobretodo, son Historias, y toda historia tiene derecho a ser contada.

¿Por qué soy tan cruel? ¿Qué clase de trauma posee mi corazón para dejarlas languidecer lentamente hasta desaparecer en mi cabeza?
Cierto que no podría darles vida a todas, no hay tiempo ni papel suficiente en esta vida para ello, pero si al menos consiguiera sacar unas pocas de las que vienen a pedírmelo, solo unas pocas…

Llamadme asesina, porque mueren por mi culpa. Y nadie más que yo puede crear mis historias, y nadie más que yo acabará por matar la pobre Musa desesperada que trata de hacerme entrar en razón.
Y por matarme a mi, en consecuencia.

viernes, noviembre 27, 2009

de prioridades y dolores


Estaba tranquilamente limpiando cuando en un movimiento rápido de la mano me tope con un filo metálico.
Primero el latigazo de dolor en el dedo anular me hizo maldecir y erguirme, luego me agarré la mano derecha con la otra y las levanté para ver cómo manaba un

manantial de sangre roja del corte.
Era un corte pequeño, pero profundo y en una zona donde la sangre fluía rápida y abundantemente. Apenas tuve tiempo de distinguirlo antes de que toda mi mano

se convirtiera en un guante rojo y ardiente.
La palitación del dedo aumentaba y yo reaccioné rápidamente y presioné el corte con un papel. Así pasaron unos minutos, mientras asumía el dolor, pero cuando

levanté el papel vi que el flujo de sangre no había siquiera disminuido. Era una zona complicada para parar la hemorragia.
Entonces creo que fue cuando mi mente se bloqueó.
No tapé de nuevo le dedo. Me quedé observando absorta como la sangre cubría mi dedo, la palma de mi mano, y como el río se dividía en decenas de arroyuelos e

invadían mi brazo y goteaban al suelo.
Es rápida la sangre en su huída del cuerpo. Es como si estuviera cansada de permanecer siempre encerrada en estrechísimos canales en un circuito inmenso,

pero cerrado y tremendamente veloz, con el mismo recorrido monótono durante las décadas que el corazón siga palpitando, sometidas a la tarea de transportar

durante toda su existencia materiales para animar el cuerpo recipiente, para morir y pudrirse no demasiado lentamente una vez el motor principal se detenga.
Así, cuando ve una apertura, por pequeña que sea, por donde salir al exterior, ver la luz y sentirse libre, escapa, corre rauda hacia la pequeña puerta e

intenta salir a toda costa hasta que la coagulación la frene.
Trazar su propio curso y unirse en toda su cantidad en un mismo arroyo salvaje.
En esas cosas pensaba mientras observaba cómo huía de mi interior la sangre, y cómo comenzaba a palidecer la mano, y entonces me percaté de una verdad

importante:
La sangre es la ausencia que más duele. Sentir como se van drenando tus venas y tu hálito se va, ese vacío doloroso desde lo más interno de cada parte del

cuerpo hasta la piel, esa sensación de desgarramiento interior, de desprendimiento, como si te absorvieran el alma atravesándote el pecho, cuando sientes el

frio naciendo en la punta de los dedos y extendiéndose despacio por todo el cuerpo... es lo más terrible que puede conocer el ser humano. Ni siquiera me

estaba planteando la posibilidad de que, si seguía así, moriría desangrada lentamente, y más pronto me quedaría sin fuerzas para reaccionar o razonar. Sólo

observaba la belleza del color rojo sobre mi piel, de cada palpitación al salir el impulso de sangre, tan leve parece que sale de forma continua y regular.

Observaba la gracia de los riachuelos al avanzar y retorcerse por los accidentes del camino.
Observaba toda mi vida en una fuente diminuta.
Me tuve que sentar, estaba debilitándome.
Y entonces me iluminó la Filosofía con otra verdad. Si la ausencia de la sangre en tu interior es lo que más duele, mientras me quede sangre en las venas

tendre retenida dentro de mi una pequeña parte de este cosmos mágico y milagroso, y habrá otro paso que dar hacia delante y hacia arriba. Porque todo lo

demás, es un dolor efímero, lo mismo que la existencia de su causa. Pero la sangre sigue ahi, y cuando no esté ahí, es que estamos muertos.
No recuerdo cuándo cerré los ojos.
Pero los tuve que haber cerrado en algun momento, porque los abrí, y pude ver vagamente, de forma difuminada, las luces del techo.

viernes, noviembre 13, 2009

Vacío


¿Qué se siente cuando escuchas (tras los gritos y la voz en llanto) el corazón de una mujer quebrarse y caer en pedazos a los pies de tu culpa? ¿Y cuando pasas por encima de ellos y escuchas el crujido, aunque ella ya no está...?
Espero no tener que saberlo nunca, y que tú no lo olvides jamás.

Es muy fácil escribir sobre el dolor real y sólido si nunca lo has vivido.

El artista que vive en mi se inspira con el dolor y la adversidad, o con el amor intenso que te eleva a la esencia de tu ser.
Hoy solo siento... vacío.

Musa, no tardes en volver. Eres todo lo que tengo y no me arrebatarán jamás.