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martes, enero 12, 2010

Podéis, podéis, hacedlo



Podéis llamarme asesina.
Más o menos, ese es el sentimiento que me domina ahora. Tiene una explicación, tal vez no satisfactoria, tal vez no razonable, pero una explicación en esencia.
Voy caminando, por la calle, de noche, oyendo los sonidos de la ciudad, oliendo a yerba mojada, a asfalto, a agua y a barro. Ha llovido y el arroyo suena al fin.
Voy registrando en mi mente todo lo que mis sentidos puedan captar… y me lleno de historias. Una tras otra, van llegando a mi y quedándose tan solo unos segundos en mi memoria consciente, para evaporarse después. La historia de aquel duende que vive en el arroyo seco, siempre esperando el milagro del agua para que su huerto florezca.
La historia de aquel anciano siempre sentado en una silla medio rota de esparto, en una de las laderitas que separa una urbanización de otra, siempre callado, como vigilando algo, quién sabe, quizá la puerta a otro mundo escondido, quizá un tesoro por el que muchos han muerto, quizá la respuesta del Universo.
La historia de la mujer que viene cada noche a bañarse en esta piscina, momento sin luna, y que nadie ve salir nunca del agua, pero que si por casualidad pasas en el momento justo, la ves desnudarse y resplandecer su piel en argentina luz, reflejo de sus cabellos de plata. Como si la Luna hubiera decidido darse un respiro al lado de mi casa.

Tantas historias, tantas, que mi personalidad inconstante y autodestructiva las desecha todas.
Y llego a casa, cruza el umbral de mi puerta, y me vacío como un cascarón de huevo roto.
Llamadme asesina, porque veo esas historias, y las mato, no las dejo salir, nacer de mi alma abarrotada, y allí se pudren con todas las que a lo largo de mi vida han venido a mi.
Vienen en toda su grandilocuencia historias enormes, o en toda su humildad historias igualmente enormes, a suplicarme, rogarme que les de vida física, que les enseñe la luz del sol de esta dimensión.
Y yo las ignoro, y las dejo morir, lentamente, con los años, en el terrible y caótico Olvido.
Afortunada la que un día esté en mi mente cuando todas las circunstancias que me rodean me instan a escribir o dibujar, y entonces se hacen reales. No siempre las mejores (casi nunca las mejores), solo es cuestión de suerte.

Y no es justo. No tienen por que morir, son buenas, son grandes, pero sobretodo, son Historias, y toda historia tiene derecho a ser contada.

¿Por qué soy tan cruel? ¿Qué clase de trauma posee mi corazón para dejarlas languidecer lentamente hasta desaparecer en mi cabeza?
Cierto que no podría darles vida a todas, no hay tiempo ni papel suficiente en esta vida para ello, pero si al menos consiguiera sacar unas pocas de las que vienen a pedírmelo, solo unas pocas…

Llamadme asesina, porque mueren por mi culpa. Y nadie más que yo puede crear mis historias, y nadie más que yo acabará por matar la pobre Musa desesperada que trata de hacerme entrar en razón.
Y por matarme a mi, en consecuencia.

1 comentario:

  1. Hace un par de noches, a altas horas de la madrugada desperté acelerado y casi agonizando de dolor, de alguna manera acababa de salir de una oscura piscina, y el agua me hablaba, no terminaba de entenderlo, hasta que te he leído. Ví imágenes tan rápidamente que no terminaba de enlazarlas. Ahora lo comprendo todo.Tú no les dabas tiempo.
    Enaul ese pequeño gnomo que matas una y otra vez estaba pidiendo a gritos por favor que solamente por un rato, lo dejaras vivir,que dejaras que lloviera, que tenía un mensaje muy importante que tranmitir al dueño de los secretos,un anciano; un tal sr.Braulio, conocido por todos durante siglos. Colocado ahí, con un solo propósito desde pequeño: esperar el secreto de Enaul.- Tenía que avisar a la chica Luna transparente,de que entrara rápidamente en mis sueños, para suplicarme que te avisara de tu equivocación. Que no solo ellos necesitaban que les dejaras vivir dándoles vida, sino que además, darías vida a la imaginación de la gente, que como yo, disfruta leyendo tus palabras!!!.
    Y por fin ahora lo entiendo todo y esta noche, después de cumplir mi cometido, les diré a todos que su creadora, al fin sabe que de ella todo depende, y que ya han cumplido su cometido...y yo EL MÍO.
    Saludos.

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